Al comienzo, la escultura romana de retrato sólo representaba la cabeza y parte del cuello. Posteriormente, se avanza en la representación de todo el busto, incluyendo hombros y pecho.
La escultura romana del retrato nació para el emperador y luego se adaptó a otro tipo de personajes pudientes que pudieron costearse el trabajo de los artistas. De ahí que sea importante conocer los tipos de retratos que se hicieron a los emperadores porque luego, en menor o mayor medida se adaptaron al resto.
Retrato togatos. Representación religiosa con toga y manto sobre la cabeza.
Retrato toracatos. Representación militar, con coraza.
Retrato apoteósico. Representación divinizada divinizada de cuerpo desnudo, corona de laurel y atributos de un dios.
La escultura romana, va a estar influida notablemente por dos ámbitos culturales:
Influencias etruscas. La escultura funeraria etrusca marcó firmemente la personalidad de la escultura romana, sobre todo en lo que se refiere a la representación realista de los retratados. El realismo fue una constante de la escultura romana, abrazada desde tiempos republicanos en retratos funerarios, y que no va a abandonar prácticamente la plástica romana durante los tiempos del Imperio.
Influencias griegas. La helenización de Roma trajo un deseo ferviente en el mundo romano de revivir el pasado griega en toda su grandeza y esplendor. Las causas de este auge de la belleza idealizada griega radica en el desarrollo de las escuelas helenísticas, sometidas ahora bajo el yugo romano y los deseos de lujo y ostentación de la "nobilitas" y el orden ecuestre romano. El arte romano interpretaba los cánones de la escultura griega, adoptando para sí ideas como el naturalismo idealizado, la búsqueda de la belleza, la proporción, la armonía y la simetría.
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